sábado, 14 de abril de 2012

Villa Dorada, Asesinato en Villa Dorada


II.- Rumbo Villa Dorada

Al día siguiente al despertar y mientras desayunaba con las tropas del escuadrón de recién reclutados, se acercó a mí un soldado;

- Eres tu Ísabela?

- Si yo soy, dígame en que le puedo ayudar.

- necesito me acompañe. - le mire extrañado, deje mi desayuno, y camine con el, aunque este caminar fue muy helado a mi parecer, el era alguien de muy pocas palabras, creo que es algo muy característico de los que entran a la milicia y deciden vivir en ella, recuerdo los tiempos que paseaba por Villanorte y nos topábamos por casualidad con los guardias cuando hacían la ronda, era solo una leve sonrisa, nos despachaban o reprendían pero de eso, no pasaba, por qué tanto silencio me intrigo, pero sé que algún día lo comprenderé.

- Llegamos, entra.

- Gracias - Entre deslizando suavemente la cortina que cubría la entrada a la tienda, al entrar vi una armadura dorada sobre un maniquí, y a un costado sentado en un cómodo sillón, estaba el alguacil - Señor - inmediatamente recordé el saludo militar y la posición de firme, cuantas veces no jugamos al soldado y la guerra en el orfanato, hoy ya no era un juego era una realidad, mi sueño se estaba cumpliendo.

- Descansa, Recluta - dijo suavemente el Alguacil - Ísabela, eres joven aun, me recuerdas a mí, jaja, - mientras me rodeaba, lo cual me puso nerviosa, - Eres una guerrera, eres atrevida, y me has demostrado que ciertamente te interesa la seguridad de Villanorte, pero sabes, aquí las cosas ya están tranquilas - con su mano toma un manzana y saca un pequeño cuchillo, ese comentario me nublo el pensamiento, que pasa, ya no soy necesaria? ¿Solo fue algo pasajero?-

- Sabes Ísabela, algo me dice que ese coraje que tú tienes, será de gran valor para aquellos con los cuales defiendas los estandartes de libertad, y he estado pensando, y tu siguiente misión será proteger el Bosque de Elwynn.

- Señor...

- Si aceptas, te daré unos papeles para el Alguacil Dughan, que está en Villa Dorada.

- Si Señor - la emoción invadió mi cuerpo sentía como la adrenalina vibraba al saber que era tomada en cuenta para algo tan importante, sería la mensajera.

- Perfecto, Falkhaan pasa!! – en eso entro un señor de pelo rubio y no muy largo –

- Si Señor!!

- Ella será la mensajera que ira a Villa Dorada, necesito le des instrucciones.

- Si Señor, Mensajera!!, El viaje es cansado y serás presa del agotamiento, y no hay mejor lugar para descansar que la posada “Orgullo de León” , - en ese momento de su bolsa saco un vale – toma, Mi mejor amigo el tabernero Farley te dará una habitación cómoda, en la cual podrás descansar durante tu estadía y servicio en el pueblo, el reconocerá este vale.

- Gracias, muy amable.

- A tu servicio, madame.

- Ísabela – interrumpió el alguacil que durante todo ese tiempo  había estado escribiendo en unos pliegos, los cuales enrollo, y con una candela hecho cera, y luego lo sello con su anillo, - toma … - tome en mis manos el pergamino, y el sello del anillo había quedado impreso en la cera, el escudo de armas de Ventormenta y las iniciales del Alguacil en la parte baja – Cuídalo, más que a tu propia vida.

- Sí, señor, respondí.

- Estas servida – al decir esto apresure mi salida del campamento, busque por caballos en los alrededores pero era más que evidente,  debía realizar esta travesía a pie, los Orcos habían asesinado a todos los caballos.

La Travesía, fue extenuante, la joven no estaba acostumbrada a cargar ningún tipo de armadura, y ahora se veía cargando una pesada armadura de malla, el viaje le tomo casi dos días, durante el camino se encontró con varios cazadores, al llegar a Villa Dorada vio un gran número de personas aglutinadas, - Que pasara? – se preguntó, sería que había alguna feria, la algarabía y los curiosos eran numerosos, de pronto noto que muchas personas luchaban entre sí, era una especie de competencia;

- LLEONIDASS A VENCIDO A LA DRUIDA DIANA EN UN DUELO – Grito un hombre mientras era vitoreado el ganador.

- REDSPIRITU A VENCIDO A REHINOL EN UN DUELO – Grito otro hombre mientras el otro ganador era vitoreado por la multitud.

- Si es extraño y bullicioso este pueblo ahora, -pensó – vio la entrada de la taberna y entro – será mejor que deje acá mi armadura antes de entregar el informe – antes  de entrar voltio y vio al centro de la calle principal se encontraba un oficial con un corte de pelo como de una tabla, por sus insignias debía ser alguien de alto rango.

- Primero, lo primero,- dijo para si -  la joven se acercó a el:

Isabela: Buenas tardes, señor – mientras hacia el respectivo saludo militar – necesito su colaboración.

Oficial: Buenas Tardes, - mientras inspeccionaba a la joven que lucía unos casi harapientos vestuarios, sucios debido al camino -  soldado, noto que no traes puesta tu armadura, o me quieres tomar el pelo?

Ísabela: Negativo, señor, vengo de Villanorte y traigo un informe especial para mi señor el Alguacil Dughan, solicito audiencia con el, si usted señor conoce su paradero.

Oficial: De Villanorte, eh, aun así debería portar su armadura de forma permanente, soldado.

Ísabela: Es muy pesada para este largo viaje señor. – trato de justificar la joven.

Oficial: Disciplina es lo que se necesita en el ejército, no por portar un tabardo de recluta te respetaran, te respetaran por lo que muestras, por lo que portas, por tu armadura, siempre limpia, brillante, como la luz, resplandeciente,…, eso es lo que debes hacer, o que haría soldado –mientras rodeaba a la joven- si durante el camino te salieran de esos malhechores que asedian en los bosques? – lamentablemente tiene razón, soy una ilusa, pensó la joven -  No podrías resistir sin tu armadura y serias UNA DESHONRA PARA LA MILICIA.

Ísabela: Lo siento, señor – trato de increpar la joven-

Oficial: LO SIENTO, que es eso, que crees, que estas en una panadería o en un viñedo, no Soldado, usted ingreso al Ejercito, y la milicia necesita Carácter, Disciplina, Honor. Porque crees que los soldados son tan fieros en combate?, crees que por llevar su armadura en un mezcal? ¡NOOOO¡ es porque se hacen uno con su armadura, llegan a conocer sus bondades y sus limitantes, comprendes soldado?

Ísabela: Si, señor, no volverá a ocurrir jamás, pero necesito ver al Alguacil…-es interrumpida

Oficial: Ah, si el informe, sabes, Villanorte es un Jardín comparado con el Bosque de Elwynn; me pregunto qué querrá McBride,  entrégamelo, yo se lo daré al inútil, bueno para nada de Dughan. – Ísabela saco de su pecho el informe, lo que sorprendió al oficial, el cual lo tomo, lo abrió, y comenzó a leer:
                INFORME: Orcos Roca Negra
Una fuerza invasora de Orcos Roca Negra ha surgido en el valle, Este ataque parece precursor de algo más insidioso, Avisa al Magistrado Salomón de Villa del Lago.
DISTINCIÓN:
El Portador de estos documentos será condecorado con el rango de “Ayudante de Alguacil del Ejercito de Ventormenta” por haber servido a Villanorte con entusiasmo y especial atención, confió en que esta persona les resulte útil en el Bosque de Elwynn.

Firma:
Alguacil Douglas McBride
Ejercito de Ventormenta, Villanorte”

Oficial: Vaya, dice que te ha nombrado ayudante del alguacil de Ventormenta. Enhorabuena. – Ísabela no podía creer lo que escuchaba, ya no era una simple recluta, era una ayudante de Alguacil –

Ísabela: Señor, aun así debo recibir instrucciones del Alguacil Dughan. – pensó seria inoportuno, pero era necesario que el alguacil se enterase de su presencia, no debía correr el riesgo de permanecer de brazos cruzados y perder esta gran oportunidad que se abría frente a sus ojos.

Oficial: No puedo más que desearte buena suerte – con una pícara sonrisa en su rostro-  ya que el ejército anda ocupado con los asuntos de la nobleza,  Que misteriosa es la política en estos tiempos difíciles, y no te preocupes por tus asignaciones, ¿cuál es tu nombre por cierto?

Ísabela: Ísabela, señor.

Oficial: Mucho gusto Ísabela, Ayudante de Alguacil Ísabela, mi nombre es Dughan, - ¿Cómo dijo que se llamaba? - muchos me dicen Alguacil, ve y descansa en la posada. A primera hora te espero.

Ísabela: Si, Alguacil, a sus órdenes, - mientras este se dirigía desenvainando su espada en dirección al grupo de duelistas –

Alguacil: MUY BIEN GUIRROS, LES ENSEÑARE COMO SE HACE, LO HARE SOLO UNA VEZ ASÍ QUE APRENDAN.

La joven se dirigió rápidamente a la entrada de la taberna, la tomadura de pelo de la cual fue objeto, la habría evitado si desde un inicio hubiese visto la insignia de Alguacil en su pecho, pero esto no le causaba desanimo, más bien se reía de la inocencia con la que había caído.

La taberna estaba bien concurrida, muchos cansados de sus duelos y aventuras se habían apostado en el lugar para descansar, a pesar de ser una villa humana, la cantidad de miembros de otra razas de la alianza era increíble, elfos, enanos, draneis y uno que otro gnomo, al frente de todo el movimiento que había en la taberna se encontraba un señor de traje café y camisa roja, con un centro café, era de edad avanzada o eso aparentaba debido a la falta de pelo en la parte superior de su cabeza y la abundancia en la parte inferior, el con gran acierto daba las instrucciones a camareras y camareros, él debía ser el Tabernero Farley, la joven se dirigio hacia el, pero el a pesar de estar tan atareado se percató inmediatamente de la presencia y las dirección a la cual se dirigía:

- Buenas noches joven, bienvenida al “Orgullo de León”, en que podemos ayudarte, mi nombre es Farley y soy e tabernero.

- Buenas Noches, señor, tengo algo de parte del señor Falkhaan. – al escuchar ese nombre una sonrisa se mostró en el rostro del tabernero, Ísabela saco un vale y se lo entrego.

- Ya veo, bueno mensajera del alguacil, este lugar se caracteriza por su ¡Descanso y Relax para quien no puede más! – al decirlo el tabernero hizo unos ademanes que le parecieron raros a la joven, Farley al notarlo, se entristeció, - Que pasa no te gusta nuestro lema?

- Ahh, si, rima, está lindo – dijo la joven para salir del apuro.

- Cuál es tu nombre viajera?, no es justo no conocer el nombre de una guerrera que nos visite… - dijo con una leve sonrisa -

- Ísabela de Villanorte, un placer.

- Perfecto, un placer Ísabela, por favor, mientras la camarera prepara tu habitación, toma asiento cerca del fuego, dale un respiro a tu cansado cuerpo,  si deseas probar de nuestra excelente comida o bebida solo háznoslo saber, será un placer atenderte. – mientras se inclinaba cortésmente –

- gracias, estaré en el salón.

Mientras disfrutaba de las llamas que se formaban en la fogata, dado que con el cansancio que sentía, no se consideraba con ánimo para entablar conversación con los otros huéspedes, noto que en un rincón de la habitación estaba un elfo de la noche, por su armadura de cota de malla, parecía ser un cazador, de pelo blanco y largo, portaba un tabardo de la alianza, lucía una guerrera verde con dorado al igual que sus pantalones, sus hombreras eran de doble cobertura y tenían unas púas en sus lados, por su raza se veía formidable, en eso se le acerco la camarera:

- buenas noches, joven su recamara esta lista, si gusta acompañarme?

- claro. – la guerrera se levantó y camino en dirección a su habitación, mañana será otra día, dijo para sí, cuando estaba por subir los escalones tropezó con alguien que casi la bota, - perdón, no lo vi.

- No te preocupes, descuida  la culpa fue mía humana – dijo el elfo, al cual había estado observando hacia no menos de tres minutos, el elfo la ayudo a levantar sus cosas, y mientras lo hacía deposito un sobre en el mezcal de la armadura de la joven. –

- Gracias, Buenas noches.

- Igual que descanses. – la joven siguió a la camarera hasta la que sería su recamara.

- Bueno, esta es su habitación, que descanse señorita.

- Gracias, por sus servicios. – mientras le entregaba unas monedas de cobre, la joven cerró la puerta, vio la habitación y la cómoda cama que se tendía casi frente a ella, - por fin - tiro el mezcal esparciéndose todas las piezas de armadura, se quitó sus botas y se tiro a la cama.
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