viernes, 27 de abril de 2012

VI .- Asesinato en Paramos del Poniente


VI .- Asesinato en Paramos del Poniente
Durante una semana estuvimos patrullando las zonas aledañas al cuartel, después de la captura de su líder los Gnolls eran totalmente desorganizados, caían presos fácilmente, y todos los que capturábamos con vida eran llevados a las mazmorras de Ventormenta, idea que me parecía descabellada, aun en mi mente resonaban las palabras del Alguacil Dughan.

- ¿Qué ha hecho QUÉ?, - mientras se agarraba el cabello con tal fuerza que casi lo desprendía, - Genial, ahora tenemos una bestia sanguinaria justo bajo las calles de Ventormenta con todo un ejército de Gnolls a su disposición. Qué gran mejora, ya me siento más seguro.

Al mediodía, cuando terminábamos de almorzar llego una persona a informarnos de un asesinato que había ocurrido en el camino al otro lado del puente en la finca de Jansen, al recibir la información Rainer me designo para que auxiliara a un experto investigador de crímenes , nos dirigimos al lugar y una hora de camino encontramos la escena, al verla el investigador saco de su equipaje unas extrañas cosas, han de ser gnómicas por lo exótico, echaban luces de color rojo que parpadeaban, el inmediatamente comenzó a investigar el área.

- Hotario como estas – dijo el investigador – Esto es un baño de sangre, teniente, han sido asesinados. – el investigador toco el cuerpo de la víctima – Según la temperatura del cuerpo, yo diría que no llevan muertos más de 6 horas. – vio el cuerpo del caballo bajo la carreta, le acaricio su cabellera y exclamo – Es  una vergüenza lo que han hecho a la vieja Blanchy.

- No se andan con bromas, novato… - dijo el Teniente – parece ser que pusieron la carreta … delante del caballo… - entre ellos se encontraba otro soldado, uno que paso justo hace 3 días por el cuartel, su apodo recuerdo era Napalmxx, era de cabello rubio un poco fornido, pero en fin me parecía rara la descripción que daba del accidente el teniente – el cual al ver al soldado lo quedo viendo fijamente y dijo en voz alta – No necesitamos que se involucre ningún vigilante civil, chico, Déjaselo a los profesionales.

- Señor y ¿quiénes eran ellos?  - interrogue debido a que todo quien pasaba los quedaba viendo apesarados.

- Eran unos Inútiles,  Los Cejade han estado ocupando la finca de Jansen durante cinco años, y los inútiles nunca lograron arreglar su… carro. A pesar de eso, lo que se extiende en el suelo ante nosotros es un Asesinato, y es imperativo resolverlo.

- Estoy a sus órdenes señor, siempre y cuando esto no interfiera con las labores que desarrolla el alguacil de Paramos del Poniente.

- Mira este es el trato cabo, tenemos un sangriento asesinato entre las manos. Doble homicidio… simple caballo…cidio. – Pero eso no existe, o por lo menos eso creo – Y lo que es peor, estamos como tú dices en Paramos del Poniente. Podría tirar una piedra detrás de mí y le acertaría a una docena de vagabundos con motivos suficientes para querer borrar a esta gente… y al caballo… del mapa.

- al Caballo también? No hubiera sido mejor para ellos venderlo o comerlo?

- este…mmm… mira, ahora no se quien ha hecho esto y te aseguro que no me gusta en absoluto tener que venir a este estercolero a investigar – será de estiércol? – la muerte de una pareja de nómadas, pero que me cuelguen si no acabo encontrando al culpable. ¿Me vas a ayudar?

- claro señor.

- Bueno ve a hablar con algunos vagabundos, ellos siempre saben algo, ve y ustedes curiosos, también ayuden no solo estén viendo, busquen información y si tienen alguna suéltenla – al decirlo varias de las personas que se encontraban salieron hacia la granja a buscar información acerca de lo acontecido con la esperanza de obtener una recompensa.

Me apresure a buscar cualquier pista que pudiese encontrar, pero la escena era grotesca, muchos aventureros estaban liándose  a golpes con los pobres vagabundos, humillándolos, así que los increpaba de evitar usar la violencia pero era imposible eran muchos así que desistí de seguir insistiendo.

Las personas se quejaban y eso me dolía mucho, pero lo que más me dolía eran los comentarios que escuchaba decir a los mismos pobladores.
 - ¡Parece que he encontrado un sabroso y limpio montón de tierra querida¡ ¡Esta noche cenaremos como reyes Sra. Pingüino¡
- ¡Acá hay unas raíces¡¡claro que  las compartiré contigo eres mi mejor amigo¡
- ¡Me muero de hambre no he comido nada en tres días!
- ¡Se acerca el día del juicio la hermandad renacerá!

Mire a unos ancianitos frente a una casa casi en ruinas y me dirigí a ellos, su rostro era triste.
- Buenas tardes amables ancianos, ¿Saben ustedes algo acerca del asesinato que ocurrió por la mañana?

- Escucha señorita soldado, no queremos problemas, ¿Vale? No vi quien los mato, ¡pero desde luego sí que lo oí! Muchos gritos, voces humanas… ¿Captas? Ahora lárgate de aquí antes de que cambie de idea y te de una paliza para quedarme con tus pertenencias y con tus botas.

- Gracias por su colaboración señor.

Me aleje de ellos, aun así después de su dureza, me sentí triste de no poder ayudarles, tantas personas vagando, sin buscar un propósito o algo productivo que hacer… bueno… hasta lo que hago yo es improductivo cada día cuanta sangre se derrama y nada bueno queda, solo mas odio. En eso vi una escena que en cierta forma me agrado uno de los que estaba agrediendo a golpes a los vagabundos, había sido confrontado por estos y le habían propinado una paliza.

- ¡No hay nada aquí que sea asunto tuyo, perro, idiota! ¡Lárgate!

- espérate ¿Lleva botas? ¡Quítaselas!, rápido ¡Regístrale los bolsillos! – inmediatamente cargue contra el que le estaba robando las botas, y con un fuerte golpe al suelo los intimide, uno de ellos aún estaba de pie frente a mí, pero en vez de reaccionar violento me vio, le extendió la mano al guerrero y me dijo:

- Calma muchacha, no te enojes tan fácil, que ellos no te temen a ti, si no a tu posición como soldado, mira, yo no vi quien los mato, pero me huelo algo. Olían a rico, como tú. Una pena. Los Cejade eran parte de este lugar. Muy amables, siempre estaban dispuestos a compartir una comida. – en eso se acercó un vagabundo que parecía tener influencia ya que todos los demás le mostraban respeto, era alto y fornido, se dirigió a mí.
- Retrocede te lo advierto! – exclame –

- Te vengo a decir cabo, quien fue el mato a los Cejade – se dio vuelta hacia los demás vagabundos - ¿Quién mato a los Cejade?, Yo te diré quién los mato: ¡EL REY VARIAN WRYNN, EL ES QUIEN LO MATÓ! Y también nos está matando a los demás. A todos los vagabundos, de uno en uno. Con sus guerras constantes, quitando a los hombres más aptos la oportunidad de obtener frutos de la tierra, de cazar, de pescar, el los lleva como borregos a los mataderos, primero de la Horda, luego del estúpido que se le ocurra destruir o conquistar el mundo, una guerra que está socavando los cimientos de lo que su padre le heredo. Sabes Cabo, lo único que puedo decirte es que vi a unos Gnolls que abandonaban el lugar pocas horas antes de que ustedes, los representantes de la “Ley” llegarán.

Dicho esto el y la mayoría de los vagabundos ingresaron a la casucha, el pobre guerrero estaba maltrecho caminaba con gran dolencia, lo lleve a donde habíamos establecido la carpa de mando, a duras penas caminaba, si no hubiera intervenido, lo más seguro es que por su imprudencia estuviera muerto. Al llegar inmediatamente le di los primero auxilios, sus heridas y moretones eran graves, el guerrero no portaba una buena armadura, vestía de tela y cuero, en eso entro el teniente a la carpa.

- Señor – mientras lo saludaba – tengo una pista, el líder de los vagabundos me dice que los Gnolls pueden ser la respuesta al asesinato.

- Si ya me habían comentado de eso, hay un Clan Zarparrío hacia el norte, tu encárgate de los Gnolls, no son los únicos sospechosos, también mencionan murlocs de playa larga, iremos con el investigador a ese lugar por la mañana.
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