sábado, 14 de abril de 2012

Asesiato en villa dorada (continuacion)


III.- Asesinato en Elwynn Forest.

A la mañana siguiente, la joven se despertó, abrió sus ojos, y vio claramente el cuarto, era de madera unos cuantos libros dejados olvidados por otros viajeros se encontraban sobre un pequeño escritorio – es tarde – de un brinco se incorporó, se dirigió al baño,  vio la tina y un balde con agua fría, - no queda de otra, será con agua helada.
  
Al llegar a la guarda del pueblo, vio que el alguacil no se encontraba. En cambio vio a un soldado del ejército Real de Ventormenta que estaba sentado esperando, al verla el guardia se levantó,

- Ya era hora – dijo – has de ser Ísabela, la nueva ayudante del Alguacil.

- En efecto señor – mientras hacía un saludo marcial, que el soldado correspondió un poco apenado.

- Hoy te han asignado con migo novata, te enseñare la Villa y los Alrededores – exclamo mientras tomaba su escudo y su espada –  vamos acompáñame, espero no te canses – al momento que lo pronunciaba con un tono irónico.
Ya era de mediodía cuando la pareja patrullaba por el sur del pueblo cuando en eso,

- AGHHHHHHH, SUELTAME, JAMAS TE LO DIRE, AGHHHHHH –

- ¿Que fue eso? ¿de donde proviene?

- Es de las minas que recién se han recuperado de los kobolds, vamos apresura el paso novata. – los dos corrieron lo más que pudieron y al saltar de entre los arbustos, notaron una lúgubre figura un Caballero de la Muerte,  con una armadura tan ostentosa y a la vez con unos pliegues que era reconocible que era de la horda, por sus adornos y tallados, a sus pies se observaba un cuerpo.

- Maldición, un Horda, un asesino - dijo el soldado que vacilo por un momento, pero de inmediato grito – EJERCOTO REAL DE VENTORMENTA, ALTO, ESTA USTED BAJO ARRESTO – de inmediato la figura se envolvió en su capa y corrió en dirección a la mina – ALTO COBARDE, DETENTE ESTAS BAJO ARRESTO – El guardia salió en persecución del fugitivo, mientras exclamaba - Ísabela bríndale ayuda al elfo, yo me encargare de esa rata.

La joven se acercó al herido, pero ya nada podía hacer el cuerpo había perdido la vida, del cuerpo  salió una pequeña bola de energía verde, que ante el asombro de la joven se perdió en el bosque. – está muerto – exclamo, al voltearlo su sorpresa fue mayor, era el mismo elfo que la noche anterior estaba en la oscura esquina de la posada, el mismo con el cual ella se había tropezado, era el cazador, tenía una perforación en la garganta,  la joven busco en sus bolsas pero lo único que encontró fueron 4 monedas de oro y 5 platas, lo raro, es que no había rastro de su mascota, en eso llego el guardia Castellón.

- Se escapó el muy cobarde lo perdí en la mina,  ¿Esta Muerto?.

- Si, le cortaron la yugular, y no trae identificaciones ni nada solo estas monedas.

- Maldición, debemos hacer el reporte, ve a la villa e informa al alguacil de inmediato, debemos hacer un rastreo de toda la zona, la patrulla de caminos debería estar llegando, hay que aprovechar el tiempo corre. – sin mediar palabras la joven corrió velozmente hasta la villa, donde encontró al alguacil pasando lista de las tropas.

- Que pasa Ísabela, estas más pálida que un no muerto, - interrogo mientras reponía el aliento –

- Señor un Caballero de la Muerte Horda, en el Bosque, asesino a un elfo de la noche que se hospedaba en la posada, y creo pertenecía a la milicia ya que portaba el tabardo de la alianza, su cuerpo yace a 500 metros al sur del pueblo cerca de la mina, el guardia le dio persecución hacia la mina, pero escapo.

- Maldición, estos hordas no respetan, ATENCION PELOTÓN, ALISTEN SUS ARMAS, VAMOS DE CACERIA DE HORDAS, alférez busca voluntarios en el pueblo, muchos estarán ansiosos de poner sus manos sobre este horda, Tomasen, ve a la posada busca datos de elfos de las noches, Ísabela tu descansa ha sido un día ajetreado para ti.

------ MÁS TARDE____

- Vaya que fue un día cansado – pensaba la joven mientras se terminaba de vestir, después de asear su cuerpo – todo el día cargando esta pesada armadura es agotador, deberían de darnos unos caballos para patrullar, - mientras da vueltas por la habitación ve un sobre justo bajo la cama – como llego esto hay – lo abrió y leyó
Estimado Ciudadano:
Por este medio te solicito que asistas en 3 días a una reunión de gran importancia en Ventormenta en el callejón desolladores, te he estado observando y considero que tienes capacidades para la causa, debes destruir este papel al tan solo leerlo

V”
   
- ¿Qué extraño de donde salió esto?, ¿será para mí? ¿O se habrán equivocado? Bueno me alistare la alférez Elena no debe tardar, me pondré mi armadura para evitar cualquier reprimenda… Toc, Toc, - es ella – la joven se dirigió a la puerta, al abrirla el Caballero de la Muerte estaba frente a ella.

- AHHHHH – grito mientras retrocedía -  EL HORDA

- Calla estúpida humana o te matare, solo dame la carta - la joven tomo el escudo que había dejado a un costado del escritorio, trato de cargar pero el Horda ya estaba frente a ella, trato de empujarlo con su escudo, pero de un puñetazo fue tirada hacia el estante – Solo dame la carta – Ísabela le lanzo la espada pero el horda la esquivo fácilmente – el elfo te dio la nota, entrégamela – mientras agarraba a Ísabela del cuello asfixiándola lentamente, ella trato de golpearlo con su puño y con el escudo, pero eso no hacía mella en el Horda – No me hagas perder mi tiempo humana.

- OLLE TU SUELTALA, - otro caballero de la muerte un Huarguen, entraba a la habitación mientras atraía hacia él, al Horda, ambos chocaron sus aceros, el horda lanzo al Huarguen hacia el escritorio quebrándolo por mitad, un lobo se abalanzo contra el horda, era la mascota de un cazador la cual fue repelida de una patada, era otro Huarguen, en la puerta también entraban una gnoma sacerdotisa, un gnomo y un humano ambos caballeros de la muerte, así mismo se asomó la alférez,  habían escuchado el grito de Ísabela, y habían venido a auxiliarla, todos cargaron contra el horda pero este se envolvió en una burbuja verde, hizo un conjuro y un sin número de zombis aparecieron, la batalla se tornó difícil no podían contener al Horda, era como si cada vez que golpeara absorbiera la vida de los atacados,  cuando se disponía a dar el toque de gracia al Huarguen DK, el humano lo jalo con un poder oscuro hacia él, y el horda hizo lo mismo con el Huarguen cazador, atravesándolo por la mitad, Ísabela no podía creer que este ser fuese tan fuerte, siete personas luchando contra uno y ya había matado a uno, y ella estaba fuera de combate, el lobo al ver a su amo morir aulló y se lanzó hacia el mordiéndole el brazo, pero no pudo penetrar la pesada armadura, el horda le dio un puñetazo en el cráneo y el lobo cayó al piso compartiendo el destino de su amo, el horda a pesar de tener la silueta de un elfo de sangre, era extremadamente poderoso, pero a pesar de su fortaleza seguían llegando cada vez mas contendientes y fue reducido a la impotencia.

- NO LO MATEN, - dijo el alguacil – es necesario interrogarlo – se voltio hacia la guerrera, y le pregunto - ¿Te encuentras bien Ísabela?

- Viva, señor, pero… – tratando de levantarse a la vez que perdía el equilibrio -
- por lo que veo, necesitaras una licencia, este es un gran criminal, seis habilidosos héroes y no pudieron contenerlo, - se dirigió al elfo que ya había sido despojado de su armadura - ¿Cuál es tu nombre valiente guerrero? – El elfo lo quedo viendo con rabia.

- Señor, es el quien asesino al elfo, y frente a nosotros le quito la vida a ese Huarguen – exclamo el guardia –

- ¿dime porque los mataste? Estás loco o psicótico para atacar a un ayudante de alguacil en medio de un pueblo de la alianza a pocos kilómetros de Ventormenta.  – el alguacil vio un anillo que a propósito le mostro simuladamente el horda – guardias llévenselo a la celda. De inmediato. – Todos los presentes se extrañaron de la reacción del alguacil, y así como se llenó la planta alta de curiosos se despejo, todos detrás del elfo de sangre que había sido capturado, muchos pedían a gritos lo lincharen, pero el alguacil no lo permitió.
     
 - Todo esto es demasiado raro –pensaba  mientras la enfermera curaba sus lesiones – augh –

- te dolerá un poco, pero entre más presionado este más rápido sanaras, en tres días estarás mejor, aunque el alguacil dijo que te dieran 5 días de licencia, con la edad se vuelven más blandos.

- tres días – recordó la nota, pero esta la había dejado caer durante la lucha –

- Hoy deberás quedarte aquí en la enfermería, al parecer no hay habitaciones en la posada, más que se destruyeron cuatro en la contienda, buenas noches apagas la lámpara.

- Gracias, buenas noches.
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